viernes, 21 de diciembre de 2012

El Cura Brochero camino a los altares




Ciudad del Vaticano, 20 diciembre 2012 (VIS).- El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia al cardenal Angelo Amato, S.D.B., prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. En el transcurso de la misma, el Papa ha autorizado a la Congregación a promulgar los siguientes decretos concernientes a:

MILAGROS atribuidos a la intercesión de
-Beatos Antonio Primaldo y sus compañeros, italianos, mártires, asesinados el 13 de agosto 1480 en Otranto (Italia).
-Beata Laura de Santa Catalina de Siena (en el siglo María Laura de Jesús Montoya y Upegui), colombiana 1874 -1949; fundadora de la congregación de las Religiosas misioneras de la Bienaventurada Virgen Maria y de Santa Catalina de Siena.
-Beata María Guadalupe (en el siglo Anastasia Guadalupe García Zavala), mexicana, 1878-1963; Cofundadora de las Siervas de Santa Margarita Maria y de los pobres.
-Venerable Siervo de Dios Antonio Franco, italiano, 1585 -1626, Prelado Ordinario de Santa Lucia del Mela.

-Venerable Siervo de Dios José Gabriel del Rosario Brochero, argentino, 1840-1916, sacerdote diocesano.

-Venerable Siervo de Dios Cristóbal de Santa Catalina (en el siglo Cristóbal Fernández Valladolid), español, 1638-1690, sacerdote y fundador de la congregación hospitalaria de Jesús Nazareno en Córdoba.
-Venerable Sierva de Dios Sofia Czeska-Maciejowska, polaca, 1584-1650, fundadora de la congregación de las Vírgenes de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María.
-Venerable Sierva de Dios Margherita Lucia Szewczyk, ucraniana, 1828-1905, fundadora de la congregación de las Hijas de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, llamadas Serafitki.

Vatican Information Service ( VIS)
Visto en: http://www.juventutem.com.ar

domingo, 9 de diciembre de 2012

Inmaculada Concepción





«Tota pulchra es Maria, et macula originalis non est in te» – «Eres toda Hermosa María, y en ti no hay mancha de pecado original». Así canta la Iglesia en este día y, si en verdad hay una criatura que pueda llamarse hermosa, es la Virgen Santísima. Por eso se ponen en su boca aquellas palabras que la Escritura dice de la Sabiduría divina: «Yo soy la Madre del Amor Hermoso» (Eccli 24,24). Un amor hermoso porque tiene como principio y como fin al Dios tres veces santo, que es toda la Hermosura, toda la Bondad y toda la grandeza.
La Hermosura de María radica en ser toda limpia, llena de gracia. Ella «en el primer instante de su concepción, fue preservada, por singular privilegio de Dios y en virtud de los méritos previstos de Cristo Redentor, de toda mancha de pecado original». Con estas palabras definía ser dogma de fe esta doctrina el Beato Pío IX el 8-diciembre-1854.
Las lecturas de la Misa nos sirven de guía para la contemplación del misterio a lo largo de un arco de tiempo que va desde la Creación hasta la Encarnación, desde elProtoevangelio al relato de la Anunciación por el Evangelista San Lucas.
En los días de la creación, el mal ha entrado en el mundo como consecuencia del pecado original de nuestros primeros padres; pero desde ese mismo instante se perfila en el horizonte la imagen de María de quien, como nueva Eva, nacerá el que vence el mal. En María, desde el primer instante de su existencia, está la plenitud de la gracia (llena de gracia, la llama el Arcángel). A Ella, antes que a cualquier otra criatura, tienen aplicación las palabras de San Pablo: «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en bienes celestiales en Cristo. Así como nos eligió en Él mismo antes del establecimiento del mundo, para que fuésemos santos y sin mancilla delante de Él en caridad» (Ef 1, 3-4).
Esa Mujer tan exaltada es Madre nuestra: como cristianos hemos sido redimidos por la Sangre de su Hijo y, nosotros mismos, somos hijos de sus dolores maternales. Por eso María Inmaculada es gloria de la humanidad redimida en Cristo y alegría de los fieles. Además, para nosotros, españoles, está fiesta resulta especialmente memorable pues aclamamos a la Inmaculada por celestial patrona.
A propuesta unánime de las Cortes Generales Españolas, el Rey Carlos III solicita a la Santa Sede que la Inmaculada Concepción de María sea proclamada Patrona de España. Respondiendo a esta petición, el 8 de noviembre de 1760 el Papa Clemente XIII firmaba un Decreto proclamando a la Inmaculada como Patrona de España. Más tarde, el 25 de diciembre de 1760, la bula “Quantum Ornamenti” de manera solemne ratificaba esta proclamación. El 16 de enero de 1761 el Rey Carlos III firmaba un Decreto-Ley por el que proclamaba patrona de todos sus Reinos «a esta Señora en el misterio de su Inmaculada Concepción». Esta disposición de Ley lleva por título «Universal Patronato de Nuestra Señora en la Inmaculada Concepción en todos los Reinos de España e Indias». De esta manera alcanzaba reconocimiento oficial la veneración que durante siglos se ha dirigido en nuestra Patria a la Virgen Santísima bajo este Misterio.
«Porque el culto y el amor a la Virgen María de tal manera está encendido en los corazones españoles, que se halla enlazado con toda su historia y brilla como una honrosa distinción en el espíritu de sus hijos. No hay acto nacional de trascendental importancia en que no aparezca la imagen de María» (Vázquez de Mella).
Mostrémonos dignos de nuestros antepasados por la devoción al Misterio de la Inmaculada Concepción. Seremos verdaderamente devotos de María cuando sepamos ser verdaderos adoradores de su Hijo. Que el gozo de este día se concrete en propósitos eficaces de ser como Jesús pide y exige de nosotros, de ser puntos luminosos en medio de la oscuridad de este mundo. Será el mejor obsequio que podremos ofrendar a nuestra madre en su día.
Como españoles y cristianos aprendamos a invocar a María como Madre para que vayamos creciendo cada día en amor a la Virgen y que Ella nos vaya haciendo cada día más semejantes a su Hijo Jesucristo.

Visto en: http://www.juventutem.com.ar/

jueves, 6 de diciembre de 2012

Un curioso pedido de los intelectuales al Papa Pablo VI





Poca gente conoce la historia del primer pedido a favor de la subsistencia del Rito Tridentino cuándo se anunció en Novus Ordo Missae. Un grupo de intelectuales ingleses, luego apoyado por europeos y americanos se dirigieron al Papa Pablo VI para rogarle que no dejara perecer el rito multisecular de la Iglesia. Lo hicieron en nombre de la cultura, a través del entonces Cardenal Primado de Inglaterra, quién accedió gustosamente a presentar el pedido. Cuando el papa Montini leyó las firmas se detuvo sobre una de ellas: “Ah, Agatha Christie”, dicen que expresó al leer su nombre. Inmediatamente autorizó el permiso. Sin embargo, el entonces Prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Mons. Bugnini, encargado de comunicar la respuesta Pontificia, anexó a ésta una nota personal sugiriendo que dicho permiso se mantuviera en la mayor reserva.
El texto de la carta de pedido es el siguiente:“Si algún decreto insensato llegase a ordenar la destrucción total o parcial de las basílicas o las catedrales, obviamente serían las personas beneficiadas por la cultura -cualesquiera fuesen sus creencias personales-, quienes se alzarían horrorizadas en oposición a una posibilidad tal. Ahora el hecho es que las basílicas y catedrales fueron construidas para celebrar un rito que, hasta hace unos meses, constituía una tradición viva. Nos estamos refiriendo a la Misa Romana Tradicional. Aún así, de acuerdo a las últimas informaciones provenientes de Roma, existe un plan para hacer desaparecer dicha Misa hacia fines del año en curso. Uno de los axiomas de la publicidad contemporánea, tanto religiosa como secular, es que el hombre moderno en general, y los intelectuales en particular, se han vuelto intolerantes a toda forma de tradición y están ansiosos por suprimirlas y poner alguna otra cosa en su lugar. Pero, como muchas otras afirmaciones de nuestras máquinas publicitarias, este axioma es falso, Hoy, como en los tiempos pasados, la gente culta está a la vanguardia, allí donde es necesario el reconocimiento del valor de la tradición, y son los primeros en dar la voz de alarma cuando ella es amenazada. No estamos considerando en este momento la experiencia religiosa o espiritual de millones de individuos. El rito en cuestión, en su magnífico texto latino, ha inspirado una pléyade de logros artísticos invalorables -no solo obras místicas sino la de poetas, filósofos, músicos, arquitectos, pintores y escultores de todos los países y épocas. De este modo pues, el Rito pertenece a la cultura universal, tanto como a los hombres de Iglesia y a los cristianos formales. En la civilización materialista y tecnocrática de hoy con su creciente amenaza para la mente y el espíritu en su expresión creativa original -la palabra- parece especialmente inhumano privar al hombre de formas verbales que han alcanzado su más excelsa manifestación. Los firmantes de éste pedido, que es completamente ecuménico y apolítico, proceden de cada una de las ramas de la cultura europea y de otras partes. Quieren llamar la atención de la Santa Sede sobre la apabullante responsabilidad en la que incurriría en la historia del espíritu humano si se negara a permitir la subsistencia de la Misa Tradicional, incluso aunque esta subsistencia tuviera lugar junto con otras formas litúrgicas.”

Los firmantes:

Harold Acton (escritor), Vladimir Ashkenazy (pianista), John Bayler, Sir Lennox Berkeley (compositor), Maurice Bowra (académico), Agatha Christie (escritora), Kenneth Clark (escritor e historiador), Nevill Coghill (escritor), Cyril Connolly (crítico literario y escritor), Sir Colin Davis (director sinfónico), Hugh Delargy (politico irlandés Partido Laborista), Robert Exeter, Miles Fitzalan-Howard (17º Duque de Norfolk), Constantine Fitzgibbon (historiador y novelista), William Glock (crítico musical), Magdalen Gofflin, Robert Graves (poeta y novelista), Graham Greene (escritor), Ian Greenless, Joseph Grimond (politico ingles Partido Liberal), Harman Grisewood (escritor), Colin Hardie, Rupert Hart-Davis (editor), Barbara Hepworth (escultora), Auberon Herbert (filósofo y miembro del Parlamento), John Jolliffe, David Jones, Osbert Lancaster (caricaturista), F.R. Leavis (crítico literario), Cecil Day Lewis (poeta), Compton Mackenzie (escritor nacionalista escocés), George Malcolm (director sinfónico), Sir Max Mallowan (arqueólogo y marido de Agatha Christie), Alfred Marnau, Yehudi Menuhin (violinista y director sinfónico americano), Nancy Mitford (novelista), Raymond Mortimer (escritor y crítico literario), Malcolm Muggeridge (periodista), Iris Murdoch (escritor y filósofo irlandés), John Murray, Sean O’Faolain (escritor irlandés), E.J. Oliver, Lord Oxford and Asquith, William Plomer (escritor sudafricano), Kathleen Raine (poetisa), Baron William Rees-Mogg (periodista y escritor), Sir Ralph Richardson (actor), John Ripon, Charles Russell, Rivers Scott, Joan Sutherland (soprano australiana), Philip Toynbee (escritor y periodista), Martin Turnell, Bernard Wall, Sir Patrick Wall (militar y miembro del Parlamento), Edward Ingram Watkin (escritor y político pacifista), R.C. Zaehner (académico), Jorge Luis Borges (escritor argentino), Giorgio De Chirico (pintor pre-surrealista griego), Elena Croce, Wystan Hugh Auden (poeta anglo-americano), Bresson Dreyer, Augusto Del Noce, Julien Green (escritor americano), Jacques Maritain (filósofo francés), Eugenio Montale (poeta italiano), Cristina Campo, François Mauriac (Premio Nobel de Literatura), Salvatore Cuasimodo (escritor italiano), Evelyn Waugh (escritor), Maria Zambrano (ensayista y filósofa española), Elémire Zolla, Gabriel Marcel (filósofo francés), Salvador De Madariaga (diplomático e historiador español), Gianfranco Contini (crítico literario y filólogo italiano), Giacomo Devoto (lingüista italiano), Giovanni Macchia (crítico literario), Massimo Pallottino (arqueólogo italiano), Ettore Paratore (latinista italiano), Giorgio Basan (escritor italiano), Mario Luzi (senador italiano), Guido Piovene (escritor y periodista italiano), Andrés Segovia (músico español).

Tomado de "Católicos, Apostólicos y Romanos"